El Museo de Arte Carrillo Gil dedica ofrenda de Día de Muertos a los ciclos de la tierra

En el marco de la celebración del Día de Muertos, el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), en colaboración con el Colectivo Amasijo, presentará la ofrenda Las terrazas son altares, dedicada a los ciclos de la tierra. Estará expuesta al público hasta el 5 de noviembre, de 11:00 a 17:30 horas, en el espacio museístico.

Dicho altar parte del objetivo de visibilizar la temporalidad del ciclo agrícola como metáfora de los diversos momentos que atraviesa la vida, con el nacer, crecer, reproducirse, morir y volver a nacer, y fue montada para celebrar lo obtenido y agradecer a los ancestros los saberes y el cuidado a la tierra que nos heredaron.

Como parte de esta tradición mexicana, el MACG ha organizado también diversas actividades. Presenta La ofrenda, la cosecha, con la segunda edición del mercado de mujeres productoras de Milpa Alta en forma de ofrenda y la instalación de productores de las alcaldías Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac.

El objetivo es compartir con los vivos y fortalecer los vínculos con los vecinos de San Ángel, a través del intercambio de alimentos y productos, fruto del cuidado y resistencia en el manejo de la tierra, así como narrativas y recetas. La cita es los días 29 de octubre y 5 de noviembre, a las 11:00 y 17:00 horas.

Cabe señalar que el día 22 de octubre se presentó la cuentacuentos Zandy Nova, además de la presentación de la ofrenda a cargo del colectivo Amasijo; también se efectuó el recorrido por la exposición Trazar una doble vocación: Sylvia Pandolfi en el Carrillo Gil, y se llevó a cabo el recorrido Coordenadas móviles: redes de colaboración entre mujeres de la cultura y el arte (1975-1985).

Mariana Salazar, adjunta del departamento de Educación del MACG, señaló que la idea de la ofrenda, realizada con apoyo del colectivo Amasijo, es hablar de las terrazas y las divisiones que existen para cultivar. “Se compone de varios elementos desarrollados con un grupo de estudiantes de la Universidad Centro, los cuales se disponen en productos tradicionales de Milpa Alta. Los productores vienen al museo y se mimetizan con la ofrenda”.

El objetivo es entender al museo no como un sitio cerrado o elitista, sino que está abierto a estas nuevas expresiones artísticas que tienen como objetivo vincular comunidades y hablar y debatir sobre temas pertinentes, como la reinvención del territorio y la crisis del agua, entre otros, subrayó. “El museo se puede entender ya como una plaza pública a la que se desplaza la comunidad en aras de debatir y comentar sobre las periferias de la ciudad”, concluyó.