distopía web oficial distopía web oficial menu icon

"El mago del cine" Georges Méliès.


Un genio automata

facebook twitter whatsapp mail

Hoy en Distopía estaremos hablando sobre "El mago del cine" Georges Méliès.

Ilusionista y cineasta francés ideó y desarrolló numerosos elementos técnicos y narrativos utilizados en los inicios de la cinematografía. Conocido por sus efectos especiales, derivados de su carrera como ilusionista y por su producción referenciada multitud de veces en la cultura popular: Viaje a la luna (1902).

"Apenas descubrió el invento de los hermanos Lumière, Méliès se convirtió en un hombre orquesta del cine; al mismo tiempo inventor, productor, empresario, director, guionista, decorador, operador, montador y actor.


Georges Méliès fue un ilusionista y cineasta francés famoso por liderar muchos desarrollos técnicos y narrativos en los albores de la cinematografía. Méliès, un prolífico innovador en el uso de efectos especiales, descubrió accidentalmente el stop trick en 1896 y fue uno de los primeros cineastas en utilizar múltiples exposiciones, la fotografía en lapso de tiempo, las disoluciones de imágenes y los fotogramas coloreados a mano. Gracias a su habilidad para manipular y transformar la realidad a través de la cinematografía, Méliès es recordado como un «mago del cine». Dos de sus películas más famosas, Viaje a la Luna (1902) y El viaje imposible (1904), narran viajes extraños, surreales y fantásticos inspirados por Julio Verne y están consideradas entre las películas más importantes e influyentes del cine de ciencia ficción. Méliès fue también un pionero del cine de terror con su película Le Manoir du Diable (1896).

Desde 1946 el premio Méliès otorga anualmente el reconocimiento a la mejor película francesa.

Georges Méliès nació el 8 de diciembre de 1861 en el boulevard Saint-Martin de París. Su padre era un conocido empresario del calzado parisino. Desde pequeño mostró interés y habilidad en el dibujo. Sus padres le enviaron a Londres para aprender inglés, donde cambió su vida, pues conoció al célebre ilusionista Maskelyne durante sus representaciones de magia en el Egyptian Hall.

Más tarde regresó a París, y a pesar de sus intenciones de ingresar en la Escuela de Bellas Artes, fue obligado por su familia a participar en el negocio del calzado. Se encargó de la reparación y el perfeccionamiento tecnológico de esta industria, aprendió a reparar máquinas y mejoró sus habilidades mecánicas, algo que le fue muy útil en el futuro. Cuando su padre se retiró del negocio, Méliès se negó a continuar con el mismo, utilizando su parte de la herencia paterna y la dote de su esposa, para comprar en 1888 el teatro Robert Houdin, del que era asiduo visitante, en donde ejercitaba sus habilidades como ilusionista.

En 1888 compró el teatro Robert Houdin con parte de la herencia paterna y con la dote de su esposa, Eugénie Génin. Siempre había profesado una gran admiración por Houdin, al que conoció en persona. En el teatro Robert Houdin dio rienda suelta a su desbordante imaginación. Cada noche preparaba espectáculos de ilusionismo que hacía soñar a grandes y pequeños. Los trucos de magia, la mayoría creados por él, y las actuaciones teatrales las alternaba con proyecciones de linterna mágica y de sombras chinescas. En 1895 era ya un prestidigitador de reconocido prestigio. Mientras tanto, combinó sus labores de director del teatro con las de reportero y dibujante en el periódico satírico La Griffe, donde un primo suyo era redactor jefe.

El 28 de diciembre de 1895 Méliès, dio un nuevo giro a su vida cuando asistió invitado por los Lumière a la primera representación del Cinematógrafo. Méliès quedó impresionado y su inagotable mente le dio inmediatamente ideas. Sin perder tiempo, al acabar la función se dirigió al padre de Louis y Auguste y le preguntó por el precio del aparato. Antoine Lumière, con poca visión comercial, le dijo que aquel invento tenía pocas posibilidades de ser un éxito. «Esta invención no tiene futuro», le dijo.

Ante la negativa, acabó comprando el aparato de otro inventor, Robert William Paul, y en abril de 1896 empezó a realizar proyecciones en su teatro. Su deseo por crear sus propias películas le llevó a transformar el artilugio de Paul en una cámara con la que rodó su primer filme Partida de naipes. El 5 de abril de 1896 proyectó las primeras películas en su teatro Robert Houdin; eran pequeñas escenas al aire libre, documentales similares a las de los hermanos Lumière. Su estilo evolucionó rápidamente buscando crear películas parecidas a sus espectáculos de ilusionismo.

Construyó unos estudios en los alrededores de París y se volcó en la producción y dirección de películas. Entre 1899 y 1912 realizó cerca de cuatrocientos filmes, en su mayoría comedias de tono burlesco y desenfadado, entre las que destacan Cleopatra (1899), Cristo andando sobre las aguas (1899), El hombre de la cabeza de goma (1901), la célebre Viaje a la Luna (1902), El viaje a través de lo imposible (1904) y Hamlet (1908)

Méliès intentó distribuir comercialmente Viaje a la Luna en Estados Unidos. Técnicos que trabajaban para Thomas Alva Edison lograron hacer copias de la película y las distribuyeron por toda Norteamérica. A pesar de que fue un éxito, Méliès nunca recibió dinero por su explotación. El monopolio de la industria cinematográfica (Edison en Estados Unidos y Pathé en Francia), junto con la llegada de la Primera Guerra Mundial, afectaron a su negocio, que fue declinando sin remedio. La producción masiva de Pathé y Gaumont complicó la competencia. El cineasta empezó a compartir cartel con Ferdinand Zecca, Louis Feuillade, el español Segundo de Chomón o David W. Griffith en Estados Unidos. Y por mucho que Pathé le ayudara en la producción de sus últimos trabajos, la taquilla no hizo su parte.

Para subsistir, Méliès se vio obligado a trabajar para Pathé y Edison. Firmó un contrato en el que se comprometía a proporcionar 300 metros de película semanales a este último, lo que le forzaba a trabajar a marchas forzadas. Como se demostraría al poco tiempo, Méliès no estaba hecho para la producción en cadena. Al contrario que los Pathé o los Edison, él no producía películas como si fuesen churros. Para colmo de males, las obras que realizaba para Pathé sufrían amputaciones por parte de Ferdinand Zecca, el operador con más autoridad dentro de la productora y del que se rumoreaba sentía una gran envidia por Méliès. Empero, Zecca tiene el honor de ser el primero en filmar una película dramática: Historia de un crimen, una fórmula que trataría de imitar el genio parisino sin demasiado éxito tomando como argumento sucesos de actualidad como el caso Dreyfus.

En 1913 se retiró de todo contacto con el cine, tras arruinarse, obligado a vender sus propiedades, su estudio o sus muchos autómatas, e incluso que, en un ataque de desesperación, con una cerilla, destruyera una colección de 500 negativos.

De 1915 a 1923, Méliès montó numerosos espectáculos en uno de sus dos estudios cinematográficos transformado en teatro. En 1923, acosado por las deudas, tuvo que vender propiedades y abandonar Montreuil. Muy a su pesar, Méliès dijo adiós al cine, pero siguió empeñado en continuar en el mundo del espectáculo, que era lo que le insuflaba vida. Montó una pequeña compañía de teatro junto con su yerno y su hija, pero fracasó una vez más. En 1925, cuando contaba sesenta y cuatro años, se casó en segundas nupcias con Jeanne D?Alcy, su musa, la actriz a la que hacía desaparecer en Escamoteo de una dama y a la que luego convertía en esqueleto. Casi no tenían donde caerse muertos, pero ella acababa de heredar un quiosco de juguetes en la Estación de Montparnasse. Era un buen lugar donde sentar la cabeza después de una vida de lucha y sacrificio.

En la tienda de juguetes fue reconocido por Léon Druhot, director de Ciné-Journal, que lo rescató del olvido. Aquel encuentro casual supuso su redescubrimiento, que se culminó en la gala Méliès, celebrada en 1929 en la sala Pleyel, donde pudieron proyectarse ocho de sus películas, milagrosamente recuperadas.

Desde 1925 su obra fue redescubierta por la vanguardia cinematográfica francesa, especialmente por los surrealistas, que reivindicaron su figura hasta el punto de que Méliès fue reconocido con la Legión de Honor en 1931 por toda su trayectoria. 

Al cabo de tres años se retiró con Jehanne d?Alcy ?su esposa desde 1925? y su nieta. Murió en París el 21 de enero de 1938 en el hospital Léopold Bellan. Sus restos descansan en el cementerio de Père-Lachaise. En su lápida puede leerse: «Georges Méliès: creador del espectáculo cinematográfico.»

Humberto Caldera 





La actriz Sophie Marceau

La actriz Sophie Marceau


La bella Sophie Marceau en la década de 1980



Leer más



La ganadora de la Academia, Patty Duke

La ganadora de la Academia, Patty Duke


Ganó un Premio de la Academia a la Mejor Actriz



Leer más
comodo cookies small Leer la Política de Privacidad