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Ocean Waves (1993): Reseña.
Ocean Waves (1993): Reseña. Ocean Waves (1993): Reseña.

Ocean Waves (1993): Reseña.


“No poseemos un tiempo.”

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Eventualmente, tenía que llegar su primer tropiezo. Luego de casi una década de constantes entregas, séanse memorables o perfectamente disfrutables, Ghibli finalmente libera lo que puede ser su cinta más débil, séase a nivel historia o a nivel técnico. Dirigida por Tomomi Mochizuki, y con la historia hecha por Keiko Niwa, basada en la novela homónima de Saeko Himuro, esta es la primera cinta del estudio en ser realizada exclusivamente para la televisión, así como la primera que no cuenta con la participación directa tanto de Miyazaki como tampoco de Takahata. La cinta nos presente a un joven llamado  Taku Morisaki, quien vive en la ciudad costera de Kōchi, misma en la cual acude al instituto en donde conoce, desde la secundaria, a su amigo Yukata Matsuno, y por quien logra conocer a una atractiva pero reservada nueva alumna, llamada  Rikako Mutō, quien recientemente se mudó de Tokio a  Kōchi luego de que sus padres se divorciaran, sin embargo, Rikako es una chica a la que le cuesta trabajo acoplarse dentro de los círculos sociales escolares, pero las circunstancias la llevaran a entablar una relación de amistad algo inestable con Taku.


Ocean Waves (1993): Reseña.


Por la sola premisa podemos darnos una idea de la clase de película que esta es, sobre todo al experimentarla, podemos sentir que la presencia tanto de Miyazaki como de Takahata están ausentes, muy probablemente como decisión hacia la oportunidad de un nuevo talento emergente para el estudio, siendo Mochizuki el primer (después de Takahata) nuevo talento que dirigiera una película para Ghibli a casi 10 años de su surgimiento. El problema no radica en el riesgo, el cual se admira y respeta debido a la oportunidad que ello representara para nuevos nombres que pudieran, más tarde, relacionarse con el estudio, creando una considerable variedad de títulos e historias dignas de, a fin de cuentas, otras grandes casas de la animación no se limitan solo a 2 figuras para realizar los trabajos, aunque estos terminaran siendo exitosos al final. No, en el caso de Mochizuki el problema radica en la falta de visión y técnica profesional, pues inclusive dentro de su nivel de animación y diseño, la cinta nunca está a la altura ni de los trabajos mínimos de los dos grandes de Ghibli, lo que ocasiona una película-a nivel visual-que termina por sentirse olvidable.


Ocean Waves (1993): Reseña.


En su historia no es diferente, ya que este estereotipo de “amistades peculiares e ingenuas” no es nada desconocido dentro de la animación japonesa, y es raro que al final Ghibli haya terminado por sucumbir ante este cliché que, dentro de las incontables series antes y después de esta entrega, ya se pudiera reconocer como exhaustivo y mediocre, siendo este el caso de los personajes principales, Taku y Rikako, quienes a lo largo de los cortos 72 minutos, mantienen una extraña pero agobiante química de rechazo o indiferencia, que se mezcla, de vez en cuando, con cierta tensión sexual-adolescente, lo cual no beneficia del todo a la película, pues dentro de las escenas que ambos comparten jamás hay un momento que nos permita conectar inmediatamente con ellos, ni como individuos, ni como pareja. Un ejemplo recae en una escena en la que estos comparten una habitación de hotel. Por más inadecuado que suene, esto es un problema pues si algo caracteriza a Ghibli (aún dentro de sus historias menores) es su química y desarrollo de y entre personajes, siempre dirigida y escrita de forma que facilitara nuestro interés y cariño hacia estos, claro, aunado a un despliegue de animación y arte conceptual excepcionales. Ocean Waves no parece alcanzar este prestigio en ningún momento.


Ocean Waves (1993): Reseña.


Esto también nos lleva al departamento del guion, el cual está realizado de una forma olvidable y seca, sin poseer en ningún momento alguna escena o dialogo parafraseables o recordables. Keiko Niwa probablemente utiliza aquí un digno o tal vez genuino respeto hacia el material original, y de ser el caso, la obra no posee la fortaleza que parece faltar dentro de esta producción. Inclusive teniendo en cuenta que la cinta es (hasta la fecha) la cinta más corta de Studio Ghibli, el hecho de que tan poca duración presente tan débil e insustancial historia de romance no le beneficia o afecta, a fin de cuentas, otras cintas con mas duración (y que terminan por sentirse adecuadas en su tiempo) como lo son Your Name (Makoto Shinkai/2016) o 5 Centimeters per Second (Shinkai/2007), poseen tramas e historias mucho más poderosas dentro de los géneros que busca ofrecer, y este es otro problema con Ocean Waves, su irrelevancia se debe a que, ni siquiera con sus convencionalismos parece ir a ningún lado en específico, aferrándose a mostrar un mundo estrictamente común que funciona a la par con la realidad (algo que Ghibli rara vez había intentado, y que muy apenas le funciono con Only Yesterday, aquí no tenemos ningún elemento, ni visual ni narrativo que nos ayude a ir de la mano por una historia que, al final, nos termine develando algo distinto, innovador o simplemente peculiar. 


Ocean Waves (1993): Reseña.


Desgraciadamente, y con todo y lo inofensiva que resulta la cinta, esta termina por convertirse en la entrega más olvidable y mediocre del estudio, cuando este en el pasado se había dedicado a ofrecer obras poco convencionales y cautivadoras por igual, con sus inigualables aspectos, ya séanse visuales o narrativos, pero a fin de cuentas, elementos todos que le ayudaron a hacerse de un nombre relevante para la audiencia global. Ocean Waves no puede evitar sentirse como un paso en retroceso, sin personajes entrañables, situaciones cautivadoras o detalles impactantes que justifiquen su existencia, lo cual solo agravia la herida, pues hablamos de la segunda ocasión en la que el estudio se anima a darle una oportunidad a un potencial nuevo talento, así como fuera con Takahata a finales de los 80s. Al final, Ocean Waves puede complacer a un sector bastante pequeño de la audiencia de Ghibli, pero no quita el hecho de que la cinta difícilmente se siente como parte del mismo, tan es el caso, que ni siquiera cuenta con un doblaje norteamericano ni Latinoamericano.


- Jose Miguel Giovine





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