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Godzilla (The Showa-era Series)
Godzilla (The Showa-era Series) Godzilla (The Showa-era Series)

Godzilla (The Showa-era Series)


(1954-1975)

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Podría decirse que el impacto que Godzilla tuvo en Japón se debió a un irónico accidente que se basó, principalmente, en una fascinación morbosa causada por los catastróficos resultados de la guerra nuclear (y su amenaza de regreso), ahora, inclusive a un año de su estreno, en 1955 surgió lo que sería el primer paso oficial a la manufactura de una serie de cintas que se dedicarían a presentar una evolución notoria a una criatura concebida como un antagonista de la humanidad; una fuerza de la naturaleza incapaz de perecer a manos humanas y que, por lo tanto, deberá enfrentarse a seres similares en proporción y poder. Sin imaginarlo, ‘Godzilla Raids Again’ (Motoyoshi Oda/1955) sería no sólo la primera secuela oficial del Rey de los Monstruos, sino también la primera cinta en la que se enfrentaría a un ‘Kaiju’ capaz de hacerle frente: el temible Anguirus.


Godzilla (The Showa-era Series)


A pesar de contar únicamente con un año de diferencia, la tan espontánea secuela dista de poseer el mismo nivel de impacto y calidad que su antecesora, esto puede deberse al cambio de dirección, siendo ahora Motoyoshi Oda el encargado de tomar la batuta como director, reemplazando a Ishiro Honda, pero manteniendo a Takeo Murata en el rol de escritor, siendo Murata uno de los padres del mítico monstruo. Sin embargo, cabe resaltar que la inclusión de Shigeaki Hidaka en el guion pudo ser también un causante en el cambio de tono y premisas dentro de la cinta. Como ejemplo de ello, están la ausencia de drama catastrófico, o bien, la interacción humana tanto política como humana que proporcionaba esa sensación de incertidumbre y paranoia, una vez presenciado un ataque. No, aquí la trama sólo apunta al regreso del colosal monstruo, después de haber sido dado por muerto gracias al “Oxygen Destroyer”, en esta ocasión, después de destruir la aldea de Osaka, lo que eventualmente nos introducirá al prehistórico “Anguirus”. Cabe destacar que inclusive, a nivel estético, la película carece de esa ambientación opaca que creara terror en la primera, sin mencionar que inclusive la calidad en el traje de ambas criaturas dista mucho de la sutileza e innovación proporcionadas por las técnicas de filmación en la primera, lo que le quita mérito y la convierte en una cinta entretenida de serie B, que culmina con una atractiva batalla entre las fuerzas de la milicia y Godzilla mismo.


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De manera interesante, y después de haber estrenado otras dos cintas de ‘Kaijus’ independientes al Rey de los Monstruos, la tercera cinta de Godzilla no lo traería sino hasta varios años después, en 1962, pero no sería un regreso convencional contra cualquier otro nuevo ‘Kaiju’, esta vez, Godzilla se enfrentaría nada más ni nada menos, que a la Octava Maravilla del Mundo: King Kong, ambos, presentados por primera vez a todo color. Aclarando que, sin poseer los derechos del personaje, TOHO no pudo aprovechar la continuidad del poderoso Kong prestablecida en sus anteriores cintas, tres décadas atrás. En vez de eso, el estudio optó por manejar un origen considerablemente distinto, el cual lo situaba en una isla que no era ‘Skull Island’, sino la ‘Faro Island’, y en esta ocasión, es Kong quien es llevado hasta Japón con el propósito de enfrentarlo con Godzilla mismo, quien ha escapado de su hibernación y ha empezado su campaña de destrucción. La cinta es dirigida nuevamente por Ishiro Honda en su regreso triunfal dentro de la franquicia, pero la cinta ahora sería escrita por Shinichi Sekizawa, quien también codirigiría la película, así como otras por venir en los años subsecuentes. El ‘crossover’ es completamente un producto de su época y sería injusto tratarlo de otra forma; dos monstruos gigantes luchando entre sí, siendo en realidad dos tipos con trajes de hule de pésima calidad, hay que ver para creerlo, el resultado es una contienda sumamente divertida y única, pues no se debe tomar en serio- claro, con excepción de los personajes humanos, que sí parecen hacerlo-, pues se pueden ver todo tipo de uso de coreografías y escenas: Godzilla golpeando una piedra gigante con la cola, Kong absorbiendo energía por medio de un rayo, Godzilla incinerando al simio con su aliento atómico, o la infame escena en la que Kong intenta ahogar a Godzilla con un árbol. Es cien por ciento entretenimiento de la vieja escuela y sin una pizca de pena hacia sí mismo, todo como complemento a un final que permite al espectador tomar su propia decisión con respecto al ganador. ¿El resultado? En mi opinión es más que obvio, pero se aprecia la intención de ambigüedad.


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La introducción de Mothra en la serie de Godzilla puede representar una de mayor importancia, ya que Mothra había protagonizado su propia cinta en 1961, a un año previo al enfrentamiento de Godzilla contra Kong. Por motivos de continuidad, la primera cinta no cuenta, necesariamente, dentro de la serie, sobre todo porque el ‘crossover’ de 1964 funciona también como un reboot del personaje, aunque sea uno que mantiene los fundamentos base que surgieron en base a la cinta del 61, como la introducción a la ‘Infant Island’ o a las dos Hadas Gemelas, guardianas de la mítica protectora de la Isla y, en algunas ocasiones, de la humanidad. En este caso, y una vez más, Godzilla funciona como la figura antagónica a vencer, pero también puede resaltar la idea de los “humanos corporativos malvados”, fresca a estas alturas, pero próxima a forjarse exhaustiva en la serie. Pudiera ser que ‘Mothra VS Godzilla’ sea la primera de la serie en promover un mensaje ambiental, una vez que se expone los motivos de Mothra para causar destrucción que, a fin de cuentas, siempre ha sido el objetivo de la criatura y sus cintas. Por su parte, Godzilla se impone una vez más como una fuerza imparable de la naturaleza, ya que la cinta es la primera en mostrar escenas de acción enfocadas enteramente en milicia vs monstruos, utilizando todo tipo de armamento a su disposición para vencer a la imparable criatura, lo que inevitablemente llevará a luchar contra su alado rival. Debo decir que, para un enfrentamiento entre un dragón atómico-prehistórico y una polilla mutante, no es un enfrentamiento carente de imaginación y dinamismo. De hecho, esta es considerada por los fans como una de las mejores en todas las series, y puede verse el por qué; con una historia bastante creativa y extravagante, mensajes ecológico-ambientalistas y acción militar y ‘kaiju’ constante, es una pieza de entretenimiento bastante efectiva.


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Si a importancia nos vamos, no se puede dejar atrás la cinta del 64, ‘Ghidorah: The Three-Headed Monster’, dirigida también por Honda y Sekizawa. La cinta no sólo presentó al famoso archienemigo de Godzilla, un dragón alado de tres cabezas, alienígena, capaz de arrojar rayos incineradores de sus tres cabezas, sino también fue la primera en introducir al ‘kaiju’ Rodan, quien debutara en su cinta de 1956, y la cual bien podría formar parte del canon de la serie del Rey de los Monstruos. La cinta toma lugar alrededor de una raza de alienígenas, quienes buscan controlar la mente de una princesa terrícola para advertirnos de una crisis venidera de monstruos., mientras tanto, hay un grupo de asesinos tratando de asesinar a esta princesa. Por parte de los monstruos, Godzilla y Rodan pasan la mayor parte del tiempo luchando entre sí, sin embargo, las Hadas de ‘Infant Island’ optan por enviar a una versión larva de Mothra para hacer las paces entre Godzilla y Rodan, sin lograrlo de primera instancia, así que Mothra pelea contra Ghidorah por su cuenta, obviamente sin una oportunidad de victoria, por lo que, tras su derrota, Godzilla y Rodan deciden vengar a su compañero ‘kaiju’ caído, por lo que ahora serán los 3 monstruos contra el mítico alienígena, en una de las batallas más recordadas entre fans. Es claro que, a estas alturas, la intención e interés de TOHO era el de proporcionar un festín de monstruos luchando entre sí, dejando de lado el drama político y apocalíptico de su primera entrega, todo por un tono mucho más absurdo y disfrutable, para lo que la acción entre criaturas podía ofrecer, y al apreciarse por lo que es, uno no puede evitar verse atraído ante similar espectáculo.


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Las cosas tomarían ritmos un poco más extravagantes (así mismo, a finales de la década esta parecía ser la tendencia), con la llegada de Godzilla VS Monster Zero-o “Astro Monster” como se le conociera por medios alternos- la cual precedía eventos de ciencia ficción de poderosa magnitud, como lo fueran ‘2001: A Space Odyssey’ de Kubrick, o la serie original de ‘Star Trek’, la cual puede ser la comparativa más acertada, ya que el tono de esta cinta es similar al de un capítulo de la venerada serie espacial. En ‘Monster Zero’, tenemos la presencia de Nick Adams, quien es el único actor hablando en inglés, por lo que el doblaje pasa de largo con él, cosa rara en esos tiempos, pues la incursión de un americano no era del todo frecuente en estas cintas. La trama trata sobre el descubrimiento de un nuevo planeta, cercano a Júpiter, llamado simplemente “Planeta X”, en donde habita una raza de alienígenas “amigables” que son atacados por un monstruo, al cual se refieren como “Monster Zero”, aunque claro, se trata nada más ni nada menos que de Ghidorah, por lo que estos requerirán la asistencia tanto de Godzilla como de Rodan, brindándonos la única batalla fuera de la Tierra en toda la saga, algo que a su manera, le añade cierta importancia a esta entrega. Los alienígenas son rebelados como los verdaderos villanos, ya que estos mantenían el control total de Ghidorah usando ondas magnéticas, las cuales les ayudarán a controlar a Godzilla y a Rodan por igual, causando caos y destrucción en la Tierra.  Cabe destacar que esta es, a su vez, la primera película en presentar a Godzilla como un aliado, en vez del villano a vencer, al menos desde un principio, y este sería el acercamiento definitivo hacia el ‘Kaiju’ hasta el final de la era en el 75.


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Mientras que Monster Zero representaba la incursión de la franquicia dentro del sci-fi extravagante de finales de los 60s, ‘Godzilla VS The Sea Monster’ coincidió-por igual- con la tan popular moda de espionaje ‘pulp’ que dominaba las salas de cine, principalmente por medio de la franquicia de Bond. El cambio de géneros y estilos pudo sentirse abrupto y espontaneo en el momento, pero la verdad es que pasar de la ciencia ficción caricaturesca al espionaje tropical no benefició en lo absoluto a la saga, ni siquiera contando con la introducción de Ebirah, o el regreso de Mothra, puesto que al final la cinta no fue sino un espectáculo aún más torpe que de costumbre, y con una carencia de creatividad y acción que se limitó a drama humano  convencional, sobre todo considerando el regreso a la trama cliché de “los villanos que buscan hacerse de control nuclear”, inclusive el mismo Godzilla aparece muy tarde en la cinta, dentro de escenas de pelea bastante pobres y risibles, o bien, aún más de lo usual.

Independientemente de lo pobre que resultara el cambio de genero con ‘Sea Monster’, no es hasta apreciar ‘Son of Godzilla’ cuando verdaderamente se comienza a experimentar la falta de seriedad que la saga denotaba. No sólo es por el diseño de producción- no tan malo como su predecesora, pero malo- pues solo basta con ver el ridículo traje del protagonista, sino por el refrito que es el escenario; nuevamente una isla en donde Godzilla habita, repleta de criaturas nativas que representarán una amenaza para los protagonistas humanos. Probablemente TOHO ya estuviera considerando acercarse al cien por ciento al público infantil con sus últimas entregas, pero es evidente lo clara que es la intención aquí, sobre todo por esas interacciones entre “padre e hijo”, aunque la acción entre Godzilla y los insectos gigantes es bastante entretenida, lo suficiente para tornar esta entrega en una de las más hilarantes. Por desgracia, la premisa de Godzilla teniendo una cría no vería su fin en esta entrega, ya que en las siguientes eras (incluyendo el remake americano) la idea se retomaría de distintas formas, algunas mejores, otras, igual de innecesarias, pero ninguna tan infantil o absurda.


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Claro que, si bien las entregas anteriores de Godzilla comenzaban a perder ese toque disfrutable dentro de su absurdo, sería su incursión en la década de los 70s donde la franquicia comenzaría a tocar fondo. ‘Destroy All Monsters’ había sido planeada como la última entrega del Rey de los Monstruos, pero debido a su trama ubicada en 1999 (el futuro, en ese entonces), cronológicamente es la última entrega de la era Showa, aunque su estreno fuese en el 69. Su mayor atractivo era el uso de casi todos los monstruos previamente presentados, habiendo sido reunidos y contenidos en la clásica ‘Monster Island’. Godzilla, Mothra (en estado larva), Rodan, King Ghidorah, Anguirus, Kumonga, Gorosaurus (a quien se introdujo como el nuevo V-Rex, en King Kong Escapes), Manda, Baragon, Varan, Minilla, todos harían una aparición, si bien algunos de forma breve, pero esta fue la primera cinta en la saga que reuniera tan ambicioso reparto de criaturas. Sin embargo, luego de que una raza de alienígenos llegara a la Tierra, estos liberarían a las criaturas, causando destrozos en las ciudades. La mayor parte del filme se enfoca en los humanos intentando idear formas para destruir el control de los aliens sobre los monstruos. A pesar de ser reconocida por su reunión bestial, la mayoría de estos son limitados a breves ‘cameos’, enfocándose mayormente en el conflicto humano, lo cual puede significar una decepción para los puristas. A estas alturas de la serie, la presencia de humanos era el punto más débil de estas cintas. Pero si la película se sostiene como una de las más memorable de la era Showa se debe a su escena final: el enfrentamiento entre los monstruos contra Ghidorah, lo que requiere del uso de cada uno de los ataques especiales de los monstruos aliados; Mothra y Kumonga escupen telarañas, Gorosaurus emplea fuerza física con una singular patada, ‘Godzilla Jr. ’escupe la bocanada de humo que termina por ser el tiro de gracia a Ghidorah, todos se unen, y esto hace que la cinta valga la pena, sobre todo como una conclusión cronológica-definitiva de la era, tanto, que uno de los videojuegos más populares del ‘Rey de los Monstruos’ de los últimos años, adoptó tanto el concepto como el título, cosa que se entiende perfectamente el por qué.


Godzilla (The Showa-era Series)


Godzilla’s Revenge fue una excusa de retorno del gigante nuclear a la gran pantalla, a pesar de que su anterior cinta había forjado su conclusión definitiva, su inevitable continuación representa el punto de quiebre en el cual la serie comenzaba a cambiar su rumbo… para mal. Completamente dirigida al público infantil, la trama gira en torno a un pequeño que es constantemente agredido por brabucones, eventualmente siendo secuestrado por los villanos de la cinta, para después tener sueños recurrentes de él en la ‘Monster Island’, en donde se hiciera amigo del hijo de Godzilla (el cual, aparentemente, puede encogerse y hablar a su antojo), a partir de este punto, ambos miran cómo Godzilla pelea contra otros monstruos en un desglose patético de metraje reutilizado de ‘Son of Godzilla’, así como de ‘Vs the Sea Monster’. La única cualidad de redención es la adición de un nuevo rival, “Gabara”, cuyo diseño es igual de ridículo que la película misma, pero que se mantiene agrediendo al hijo de Godzilla durante gran parte de la cinta. Las secuencias de Godzilla e hijo van simultaneas con las del pequeño escapando de los agresores, pero ambas están acompañadas de una edición espantosa, propiamente experimental de la época, siendo esto sólo uno de los tantos elementos que la coronarían como la peor cinta en la serie producida por TOHO.


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Pero si ‘Godzilla’s Revenge’ se jacta de ser la peor por su enfoque cien por ciento infantil, la siguiente en la serie, ‘Godzilla VS The Smog Monster’ (o ‘Godzilla VS Hedorah’) es, por mucho, la más bizarra en la colección. Probablemente la que peor logra el mensaje ambiental, el tono de la cinta decae en la psicodelia de la época, continuando con su enfoque infantil, ahora se agrega un constante y exhaustivo mensaje ecológico que inclusive terminan por afectar la concepción del villano ‘Kaiju’ en turno: la bestia Hedorah. El tono de la película puede definirse con la propia introducción de Godzilla en la introducción: un acercamiento con el atardecer de fondo, aunado a una música absurda que contradice el poder de destrucción que el monstruo representa, destrozando completamente su estatus de “Fuerza imparable de la naturaleza”, y dándole- al final del día- el cargo de héroe ambiental que, por alguna razón, TOHO se esforzó inconmensurablemente en promover en algunas de sus cintas. Salvo por unas cuantas escenas graficas dignas de un film de horror, así como de algunos momentos entregados totalmente a la psicodelia de un club nocturno, la cinta no posee elementos rescatables. Inclusive la creación de Hedorah es perezosa y obvia; una criatura creada por la contaminación, hecha a partir de desechos… Definitivamente, una de las entregas olvidables dentro de la era Showa, así como de la filmografía de TOHO.


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¿Cómo continuar con la serie, cuando básicamente se agotaron las premisas de introducción a nuevos personajes, tanto en el contexto humano, como en el monstruoso? Aquí es en donde llegan dos joyas (sarcasmo) previas a la tan anticipada aparición de ‘Mechagodzilla’, en esta era. Godzilla VS Gigan retoma la participación de alienígenas que buscan conquistar la Tierra, utilizando la fuerza destructiva de un ‘Kaiju’, todo alrededor de una trama que involucra la creación de un parque temático de Godzilla, y la incursión de cucarachas humanoides… De no ser por el tiempo en que la cinta tarda en arrancar, la trama por sí sola llamaría la atención, dentro del morbo. En sí, es una premisa similar a lo visto en ‘Godzilla VS Monster Zero’, pero inclusive más exagerada. Incluso con la tan esperada presencia de King Ghidorah, la cinta no logra sobresalir, para los estándares impuestos anteriormente, especialmente porque la cinta toma mucho metraje de ‘Destroy All Monsters’, lo cual es un crimen que se realizara anteriormente con la espantosa ‘Godzilla’s Revenge’. Sin embargo, el punto de atención pertenece totalmente a la nueva adición dentro del repertorio de ‘Kaijus’ de TOHO: Gigan. Este es uno de los diseños para monstruos más interesantes, y representa uno de los favoritos entre fanáticos. Desgraciadamente, la cinta no cumple, aunque no de la forma tan desastrosa en que las últimas dos fueran concebidas, aún así, a pesar de contar con un poco más de acción entre ‘Kaijus’, no es lo suficientemente única o icónica para sobresalir, y sus elementos negativos resaltan. Mención especial para un traje considerablemente desgastado, indigno del “Rey de los Monstruos”.


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Godzilla VS Megalon sólo puede ameritar dos palabras, importante para la posteridad y cualquier autonombrado fanático del ‘Kaiju’ supremo: Jet Jaguar. Continuando con la nefasta necesidad de degradar la lógica en estas cintas, la trama gira en torno a una raza de humanos subterráneos, molestos por el constante uso de pruebas nucleares en la superficie, por lo que, en plena ira, estos recurrirán a la bestia “Megalon” para atacar a la superficie con la condición de que se frenen estos ataques. Volviendo a las andadas con la temática nuclear, la cinta se toma la molestia de regresar-hasta cierto punto-a sus raíces, con todo y el regreso de Gigan en alianza con el recién introducido Megalon, por lo que Godzilla necesitará ayuda, y será el androide “Jet Jaguar” el que forje una alianza con el Rey de los Monstruos, para derrotar a estas dos amenazas.  Dejando de lado el ya de por sí exhaustivo uso de metraje reciclado, o el irritante tema melódico del nuevo personaje, la batalla final entre los cuatro seres es un festín ridículo e hilarantemente divertido, sobre todo recordando una de las escenas más famosas, favorita entre los fans, en la que Godzilla utiliza su cola como deslizador para arremeter contra Megalon. Algunos detalles de la cinta pueden resaltar, como el hecho de que Jet Jaguar haya sido la creación de un niño de primaria, debido a un concurso de diseño de robots, lo que hubiera llevado a Jet Jaguar a ser el personaje principal de la cinta, exceptuando que Godzilla fuera añadido de último minuto debido a su valor de popularidad. Mientras que las ultimas entregas pequen de insufribles, ‘Godzilla VS Megalon’ se beneficia de este valor risible de entretenimiento, que simplemente es un deleite de apreciar, aunque no de la misma forma en que los siguientes dos clásicos lo serían…


Godzilla (The Showa-era Series)


La cinta que introdujera a ‘Mechagodzilla’ dentro de la franquicia sería dirigida por Jun Fukuda, quien anteriormente habría trabajado para TOHO con las entregas ‘Son of…’, ‘Ebirah’, ‘Gigan’ y ‘Megalon’, casualmente algunas de las más débiles en toda la serie, pero con ‘Terror of Mechagodzilla’, TOHO traería al mismísimo Ishiro Honda, la que se convertiría en su última cinta dentro de la franquicia, y que celebrara el veinteavo aniversario del estreno de su cinta más memorable. Mechagodzilla sería introducido de forma interesante dentro de la serie: Godzilla, ya siendo consagrado como el héroe supremo de la Tierra, súbitamente comienza a atacar Japón, por lo que la cinta comienza con una premisa prometedora. Como reminiscente de ‘Godzilla Raids Again’, Anguirus aparece en lo que sería el primer enfrentamiento de la cinta, en donde este lastimaría a Godzilla, dejando entrever una herida que revela metal por debajo de la piel de este último. En una especie de homenaje a King Kong, Godzilla destruye a Anguirus, destrozando su quijada, similar a como Kong vence al V-Rex en la cinta de 1933. Ya a sabiendas de lo que ocurre, podemos deducir que el Godzilla presentado en la cinta es un impostor, cuando el verdadero aparece, y ambos pelean en lo que sería una secuencia profética a la épica cinta de ciencia-ficción/horror de James Cameron, próxima a estrenarse tan sólo una década adelante: The Terminator (1984). 


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Después de revelar su verdadera apariencia, se nos es introducido el legendario Mecha, y aquí es donde la cinta no se limita a un combate simplista entre dos monstruos; Mechagodzilla posee todo un arsenal a su disposición: misiles lanzados desde sus dedos, tanto de ambas manos como de las patas, rayos láser que emanan de ambos ojos y de su pecho, así como propulsores que le permiten volar. Mechagodzilla al parecer fue creado por una raza de alienígenas simiescos, reintroduciendo la temática de estas películas en círculos espaciales. Cabe resaltar que los efectos y maquillaje de los nuevos alienígenos son espantosos, a comparación de otras especies previamente presentadas. Ahora, el aspecto humano de la cinta se enfocará en detener a estos invasores, mientras que Godzilla, después de perder su primer duelo contra el Mecha, es golpeado por constantes rayos, por lo que asumimos este está fortaleciéndose. Dos de los aspectos más débiles de la cinta son, tanto la introducción de la nueva raza de alienígenos, como la adición de un ‘kaiju’ extra a la contienda: King Caesar, una especie de gigante ancestral mitad simio, mitad león, el cual es despertado conforme su propia canción es interpretada, la cual dura una cantidad considerablemente incomoda de tiempo, similar a lo que muchos podrían pensar del tema de Mothra, en sus respectivas cintas. Su presencia está de más, ya que, en la batalla, Mechagodzilla es el vencedor, esto hasta que Godzilla reaparece para dar inicio a la batalla definitiva.


Godzilla (The Showa-era Series)


Si bien, la primera entrega de Mechagodzilla es bastante sólida, y una probada de aire fresco a comparación de las ultimas previas a ella, ‘Terror of Mechagodzilla’ es una secuela directa, trayendo consigo el mismo concepto detrás del ultimo personaje introducido, pero con un poco más de lo esperado, probablemente con motivo de cierre a la franquicia. Aquí, los alienígenos buscan recrear a Godzilla con la ayuda de un científico, el cual se especializa en la investigación y experimentación en la vida marítima, lo que lo hará tomar control del ‘kaiju’ Titanosaurus, para vengarse de la humanidad por haber rechazado su ciencia. Titanosaurus no se podría considerar un ‘kaiju’ del todo especial, simplemente se asemeja a una versión acuática de Godzilla, pero el atractivo en esta ocasión es que este último deberá enfrentarse tanto al nuevo monstruo, como a Mechagodzilla, sin ningún aliado. El tono que, a estas alturas, estas películas poseían, se puede apreciar en la cantidad de destrucción mostrada durante las secuencias de pelea, lo cual se agradece, pues la destrucción siempre enriquece el valor que tienen estas, sobre todo cuando el trabajo de modelos y maquetas a escala está bien producido. Al final, Godzilla volvería al océano, en el próximo descanso que el monstruo tomaría, ya que TOHO no produciría una cinta del Rey de los Monstruos sino hasta dentro de diez años, de nuevo, con la intención de conmemorar el siguiente aniversario de la cinta de Honda.


Godzilla (The Showa-era Series)


La era Showa no es conocida por su sutileza o su restricción en cuanto a ideas o ejecución; es exagerada, ridícula, caricaturesca e infantil, y todo esto, por extraño que parezca, es lo que la hace tan especial y disfrutable. Cada nueva entrega subsecuente parece explorar nuevos conceptos que nadie en su sano juicio se atrevería a intentar hoy en día, cuando todo exige una cantidad exorbitante de efectos especiales, acción y calidad visual. Las cintas de Godzilla no deben verse en espera de obras revolucionarias de la cinematografía, sino como productos de una época que no buscaba tomarse en serio a sí misma, como influencia (tal vez, de manera inconsciente) a varias generaciones jóvenes de próximos aspirantes a cine y anime. En occidente, la serie no llegó a ser muy reconocida, de hecho, el único estreno en cines había sido la versión doblada de ‘Godzilla, King of the Monsters’, en el 56, con Raymond Burr siendo el puente internacional entre países, seguida de ‘King Kong VS Godzilla’, la cual se rumoraba tenía un final distinto para la versión japonesa o americana. Como sea, una muy pequeña parte de occidente estaba al tanto del impacto que estas cintas mantenían en Japón, por no hablar del éxito que le conferían a TOHO, conforme cada una era estrenada en cines. Showa es la serie más extensa del personaje, pero afortunadamente, no sería la última. El Rey de los Monstruos había forjado sus inicios, y vencido a todos sus contrincantes, y era tiempo de que el mundo lo conociera.


Jose Miguel Giovine





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