


Un nuevo estudio muestra cómo una mutación genética altera el reloj biológico, causando un síndrome de sueño común llamado síndrome de la fase del sueño retrasada.
Las personas con esta alteración no pueden dormir hasta bastante tarde en la noche (a menudo después de las 2 de la madrugada) y tienen dificultad para levantarse temprano por la mañana. En 2017, unos científicos descubrieron una mutación sorprendentemente común que causa este trastorno del sueño al alterar un componente clave del reloj biológico que regula los horarios de infinidad de funciones cotidianas del cuerpo. Lo descubierto ahora en el nuevo estudio revela cuáles son los mecanismos moleculares involucrados y señala el camino hacia posibles tratamientos médicos para esa alteración.
La nueva investigación es obra del equipo integrado, entre otros, por Carrie Partch y Gian Carlo Parico, ambos de la Universidad de California en Santa Cruz (Estados Unidos).
Los horarios de prácticamente todos los aspectos de nuestra fisiología son regulados por interacciones cíclicas entre las proteínas del reloj biológico en nuestras células. El reloj biológico también organiza en un ciclo de 24 horas (ciclo circadiano) los períodos de vigilia y sueño. Las variaciones genéticas que cambian las proteínas del reloj pueden alterar el tiempo marcado por el reloj y causar desajustes. Un reloj biológico que va adelantado promueve que las personas se duerman y se despierten más temprano de lo normal, mientras que un reloj biológico que va atrasado promueve que las personas se queden despiertas hasta tarde y duerman hasta tarde.
La mayoría de las mutaciones conocidas que alteran el reloj biológico son muy raras. Son importantes para los científicos como pistas para averiguar más datos sobre el reloj biológico, pero una determinada mutación de estas solo puede afectar a una de cada millón de personas. Sin embargo, la variante genética identificada en el estudio de 2017 se encontró presente en alrededor de una de cada 75 personas de ascendencia europea.
Esta mutación tan común afecta a una proteína llamada criptocromo, una de las cuatro principales proteínas del reloj biológico. Dos de las proteínas de ese reloj (CLOCK y BMAL1) forman un complejo que activa los genes responsables de las otras dos proteínas (Period y criptocromo), que luego se combinan para reprimir la actividad de la primera pareja, desactivándose así y comenzando el ciclo de nuevo. Este bucle de retroalimentación es el mecanismo central del reloj biológico, que impulsa las fluctuaciones diarias de la actividad de los genes y los niveles de proteínas en todo el cuerpo.
La mutación común que afecta al criptocromo hace que un pequeño segmento de la "cola" de la proteína se quede fuera, y el laboratorio de Partch descubrió que esto cambia la forma en que el criptocromo se une al complejo CLOCK / BMAL1. La fuerza de unión con esta cavidad determina la rapidez con la que funciona el reloj. La región susceptible de ser recortada controla la actividad del criptocromo de manera que se obtiene un reloj de 24 horas en condiciones normales. Sin esa región, el criptocromo se une más estrechamente y altera la marcha del reloj biológico de modo que el ciclo de 24 horas se alarga un poco más y por la noche la persona tarda más de lo normal en tener sueño.
Fuente: NCYT de Amazings