La historia de los primeros trajes de buceo
Permitió una exploración más refinada de las profundidades del océano
La invención de trajes de buceo individuales a principios del siglo XVIII permitió una exploración más refinada de las profundidades del océano. El impulso inicial para la creación de trajes de buceo fue ayudar a las misiones de rescate, en un momento en que muchos barcos (que llevaban muchos tesoros) se perdieron en el océano en viajes peligrosos. Los primeros trajes de buceo fueron diseñados en 1710 y en 1715, el inventor inglés John Lethbridge creó el primer traje completamente cerrado, que consta de mangas estancas, un barril lleno de aire a presión y un orificio de visualización.
En 1797 en Polonia, Karl Heinrich Klingert fue el primero en desarrollar un traje de buceo de cuerpo completo hecho de casco de metal, faja ancha de metal y pantalones y un chaleco de cuero impermeabilizado. Con el uso de una torreta de bomba, se puede suministrar aire al buzo a través de un tubo largo y pesado.
El siguiente gran salto en la tecnología de buceo se produjo en 1837 con la llegada de los "pies pesados": trajes de buceo hechos para encerrar al buzo en cuero grueso y resistente al agua, un casco de metal pesado y botas pesadas. Los cascos de buceo desarrollados para esto se usaron durante más de un siglo. El traje de casco de buceo permitió a los buzos moverse bajo el agua con mayor libertad.
En 1878, Alphonse y Theodore Carmagnolle en Marsella, Francia, desarrollaron un traje blindado con veinte pequeños ojos de buey y miembros articulados, por lo que se les concedió una patente. Pesaba 838 libras.
Este fue el primer traje de buceo atmosférico con forma humana (ADS), lo que significa que la presión dentro del traje era una atmósfera, la misma que en la superficie, y por lo tanto, el buzo no tendría que preocuparse por los peligros de la descompresión. Lamentablemente, el traje nunca funcionó correctamente y las articulaciones nunca fueron completamente impermeables. El traje original ahora se exhibe en el Museo Nacional de la Marina de Francia en París.
El mismo año, Henry Fleuss de Londres se convirtió en el primer buzo con su invención del primer aparato autónomo de respiración submarina (SCUBA) que utiliza oxígeno comprimido. Se le concedió una patente en 1878, y eliminó la necesidad de que un buzo dependiera del aire suministrado por la superficie.
Se conectó una máscara de goma a una bolsa de aire de goma, un tanque de oxígeno de cobre y un depurador para eliminar CO2 para que el aire exhalado pudiera volver a respirar. Este dispositivo fue desarrollado originalmente para salvar a los mineros atrapados, pero de inmediato fue reconocido por su potencial bajo el agua. Si bien limitó la profundidad de trabajo de los buzos debido al peligro de toxicidad por oxígeno, este fue un diseño revolucionario.
La Armada británica fue la primera en entrenar y reclutar buzos para sus propósitos, y la Armada de los Estados Unidos hizo lo mismo en un programa de entrenamiento en 1882. Sin embargo, hubo poco interés oficial en esta nueva tecnología y no fue hasta 1898 que el USS Maine se hundió. que los buzos estadounidenses podrían probar su uso y valor. Fue entonces cuando pudieron recuperar el código de cifrado de las naves, evitando que cayera en manos del enemigo.
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