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Spirited Away (2001)
Spirited Away (2001) Spirited Away (2001)

Spirited Away (2001)


“Dime, ¿cuáles son los límites? Los límites son tres: El cielo, la imaginación y tú misma.”

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A pesar de que el estudio usualmente es representado o recordado bajo la imagen de Totoro (cosa que aún es, en cierta manera, es intrigante), cuando se trata de relacionar el nombre de ‘Ghibli’ con una de sus películas, Spirited Away (o, El Viaje de Chihiro, como se le conoce en América Latina), es la cinta que inmediatamente viene a nuestras mentes, y lo curioso es que, no es de extrañar. Usualmente, Studio Ghibli tenía la tendencia de ofrecer cintas apacibles; simples en cuanto a su desarrollo, pero interesantes de seguir en cuanto a trama y con un repertorio de personajes tan entrañables, únicos y originales, pero nunca con un peso considerable en cuanto a historia, descartando títulos como Nausicaä, The Grave of the Fireflies y Princess Mononoke. Usualmente, las historias que Ghibli contaba eran historias especialmente pequeñas, pero icónicas, nada que ameritara la categoría de “épico” o “inigualable” con respecto a su resultado final. Hayao Miyazaki regresa después de Princess Mononoke, y vaya regreso que este significó, no sólo para los fans, pero para el estudio en sí. 


Spirited Away (2001)


La historia toma lugar a través de Chihiro, una pequeña que está viajando con sus padres y que, después de llegar a una feria abandonada, se da cuenta de que, gracias a que sus padres comieron de un banquete prohibido, estos se convierten en cerdos, lo cual empeora una vez llegada la noche y todo el lugar parece “cobrar vida”, cuando los espíritus que habitan en él comienzan a salir. Ahora, con la ayuda de un chico llamado Haku, Chihiro deberá encontrar la forma de perdurar en ese mundo habitado por espíritus trabajando en la casa de baño de una bruja conocida como Yubaba, la cual al parecer tiene la habilidad de regresar a los padres de Chihiro a la normalidad, pero conforme pase el tiempo, esta descubrirá que sus intenciones no son las mejores, lo que la llevará a vivir una aventura que podría provocarla quedarse atrapada en el infame lugar, corriendo el peligro constante de ser incluso devorada por alguno de los espíritus, lo cual puede pasar, seguramente, si es que Yubaba, eventualmente, logra apoderarse del nombre de Chihiro, como lo ha hecho con sus víctimas anteriores.


Spirited Away (2001)


Desde su debut como director, Hayao Miyazaki ha demostrado ser uno de los nombres más emblemáticos relacionados con el cine japonés, así como de animación, pero más que por su representación y manera de contar historias, pero desde una perspectiva personal, la razón por la que muchas de sus historias son tan memorables y recordadas con ferviente pasión puede deberse no al tipo de historias que Miyazaki nos cuenta, sino a la forma de cómo y bajo qué términos hacerlo. No es de extrañar que el mundo del cine está saturado (especialmente hoy en día) con franquicias e ideas, séanse recicladas, reinterpretadas o explotadas al grado de remover la sensación de originalidad y visión que pudo caracterizarlas, por algo enteramente comercial, convencional e insubstancial. Spirited Away es uno de esos ejemplos en los que el cine, de vez en cuando, se da el lujo de ofrecernos algo tan único, inigualable e incomparable, combinaciones que dentro del cine comercial podrían parecer inalcanzables, por decirlo de una manera simple. Si algo ayudó a tornar cintas como Nausicaa, o Princess Mononoke en clásicos instantáneos, así como en los emblemas del estudio en sus respectivos momentos, esta es, sin lugar a dudas, la cinta que hizo definitiva la forma en que Ghibli concibe historias.


Spirited Away (2001)


Parte de lo que vuelve a esta cinta tan especial y única en su tipo es este factor “fantasía-bizarra”, propia de obras como la de Carroll, o mucho del cine de fantasía que invadió la infancia de muchos en los 80s; una mezcla excepcional de temas y elementos perturbadores, pero, de una forma extraña, bastante atractivos e inusuales. Agreguémosle la manera en la que Ghibli se ha caracterizado de lograr mezclar entornos y realidades que se unen de una forma natural con la fantasía creada específicamente para sus historias, lo que termina por definir el aspecto y características de sus personajes y criaturas, así como de los paisajes o entornos presentes y en donde se desarrolla la trama en turno. Spirited Away es, probablemente, la cinta del estudio que triunfa, casi desde su sólo inicio, en proveer estos aspectos sin necesidad de indagar de forma detallada o con niveles de exposición que, más que guiarnos, terminan por distraernos de nuestra propia inmersión. El mundo que rodea al personaje de Chihiro se siente fuera de lugar, se siente extraño y, en ciertos momentos, hasta aterrador, pues Miyazaki nos ofrece un sinnúmero de diseños para los distintos tipos de espíritus que visitan la casa de baño de Yubaba.


Spirited Away (2001)


Desde seres reptilianos, arácnidos y metamorfos, chicos que se convierten en dragones y brujas gemelas, hasta un ser que no para de ingerir otros espíritus y, a la vez, crear oro constantemente. El bestiario de Ghibli jamás había sido tan vasto y exótico, y eso que hablamos de una locación para gran parte de la trama de la cinta. Pero quien genuinamente se roba el espectáculo, es la protagonista misma: Chihiro. La razón por la que, personalmente, lo encuentro como un logro total no es porque sea una protagonista femenina menor de edad (cosa que se ha visto en el 90% del repertorio de Ghibli) sino porque, a pesar de ser un estudio casi con 20 años de antigüedad-en ese entonces-, por primera vez se nos presenta una protagonista que, al igual que nosotros, debe adaptarse y conocer el mundo en el que ahora se encuentra. Usualmente, la forma en la que Miyazaki o cualquier otro director en turno nos mostraban estos mundos era desde un punto de vista predeterminado; lo inusual, lo extraño o lo fantástico ya estaba de por medio, y la única forma de conocer la peculiaridad o aspectos de ese mundo en específico era siguiéndole el paso a lo que la trama nos fuera presentando conforme esta fuese avanzando. Aquí, Chihiro se topa con este mundo por mero azar, lo que la lleva a tener que explorarlo y sobrevivirlo, de tal forma, que nosotros lo hacemos junto con ella, y no le perjudica que, de casi todos los personajes femeninos que Ghibli ha presentado, refiriéndome específicamente con los protagónicos, Chihiro es la más cercana a una niña normal, o al menos, dentro de los parámetros de lo normal. 


Spirited Away (2001)


Desde sus ademanes, gestos, estupefacción y sorpresa, hasta la forma en la que suele reaccionar ante las diversas situaciones que se le presentan, Chihiro parece comportarse como muchos lo haríamos bajo circunstancias similares; estar atrapados en un mundo en el cual el 90% del tiempo estamos en peligro y todo a nuestro alrededor es desconocido y aterrador, además, considerando que debe salvar a sus padres de por medio y, eventualmente, ayudar a un amigo con un pasado trágico que se relaciona directamente con el de ella. Son demasiadas situaciones que se prestan para definir el comportamiento de Chihiro, así como sus decisiones y la forma en la que la cinta llegará a su resolución. Sin embargo, a pesar de que hablamos de una cantidad considerable de sub-tramas y personajes que constantemente hacen un acto de introducción y presencia, la cinta en ningún momento pierde oportunidad de detenerse y tomar un respiro. Debatiblemente, la mejor escena en toda la película es el momento en el que Chihiro emprende su viaje dentro del tren para encontrarse con la hermana gemela de Yubaba, y durante un par de minutos, la cinta simplemente se limita a mostrarla sentada a un lado de ‘Faceless’ (Kaonashi), el cual, debo decir, es una de las criaturas más extrañas y fascinantes dentro de todo el repertorio del estudio. Es una escena sumamente apacible, son los personajes viajando dentro del tren, mirando el paisaje del exterior, y sin embargo, habiendo pasado por tanto antes de eso, la escena se siente ganada y bien merecida, completa gracias a una banda sonora sublime y que, debatiblemente, podría ser la mejor en toda la filmografía de Miyazaki.


Spirited Away (2001)


Al final, es perfectamente comprensible el por qué Spirited Away ha sido tan vanagloriada y venerada, tanto por la crítica como por los espectadores autodenominados fans del estudio; es así de buena, y es uno de esos extraños casos en los que sería casi imposible toparse con una opinión que contradiga el mérito de la cinta. Desde la forma en que está dirigida, escrita, narrada, dibujada, animada, compuesta. Casi cada elemento dentro de la película parece rayar en la perfección. Inclusive la locación que abarca toda la casa de baño puede considerarse como uno de los escenarios más icónicos del cine. Cada minuto de cinta se siente especial y cada segundo disfrutable, es natural que se siga manteniendo como la cinta consentida de Ghibli después de tanto tiempo. Si se pudiera catalogar el tipo de historia en representación de cada medio, lo que Alice in Wonderland (Carroll/1865) es para la literatura, o Pan’s Labyrinth (Del Toro/2005) es para el cine ‘live-action’, Spirited Away bien podría serlo para la animación universal.

- Jose Miguel Giovine





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