David Bowie como mimo

En 1968, la coreógrafa y artista de mimos Lindsay Kemp dejó que David Bowie apareciera en su espectáculo Pierrot in Turquoise, se decía, a cambio de sexo. Kemp era un personaje fantásticamente campista, muy conscientemente vanguardista y una vez describió su actuación en la escuela.

“Bailé por primera vez a Salomé en el dormitorio de mi internado, desnuda, excepto por capas de papel higiénico, muy coloreadas con la pintura roja que había borrado de la pared. Los muchachos en las literas superiores tocaban los órganos de la boca, y yo bailaba para entretenerlos. Fui arrestado, por supuesto, no por la decadencia de mi desempeño sino por el desperdicio de recursos escolares, a saber, el papel higiénico ”.

Kemp y Bowie tenían una relación de trabajo muy cercana y Kemp se convertiría en una gran influencia en la futura estrella, especialmente en la creación de personajes alter ego en el escenario. Así, Kemp, indirectamente a través de Bowie, influyó en una cantidad innumerable de artistas y bandas durante los siguientes veinte años más o menos.

Después de unas semanas de actuar juntos en Pierrot en Turquesa, Bowie desapareció una noche con el director artístico de su espectáculo, una mujer llamada Natasha Korlinov. Lindsay Kemp quedó devastada e intentó suicidarse cortándose las muñecas, sin embargo, fracasó en su intento. Dos meses después, Bowie regresó a Kemp, pero desafortunadamente esta vez le tocó a Natasha tratar de suicidarse, y finalmente sobrevivió a una sobredosis de somníferos.

En 1968, Bowie, como artista mimo en solitario, abrió un espectáculo para Tyrannosaurus Rex de Marc Bolan: la actuación fue aparentemente una versión de la invasión china al Tíbet. Actuar con Bolan significó que Bowie fue presentado a Tony Visconti, quien estaba produciendo T-Rex en ese momento. Bolan y Bowie estaban en etapas similares de su carrera, ambos increíblemente ambiciosos pero vacilantes entre diferentes estilos e ideas musicales, pero buscaban desesperadamente un enfoque que los encontrara exitosos. Visconti se convirtió en el catalizador que se dio cuenta de esto para ambos.